martes, abril 26, 2005

Lo que para algunos excéntrico para otros ridiculez

La situación es así: uno lee un libro y no entiende nada, uno va al cine y se aburre, uno escucha un CD y se impacienta. En estos tres casos uno obedeció a la recomendación de la crítica especializada, lo que hace evidente que el sentido común de uno no se lleva bien con la opinión de los que teóricamente saben.
¿Acaso estas obras (música, fotografía, libro, pintura, película, publicidad, cortos, teatro under, etc.) son geniales, producidas por mentes avanzadas y privilegiadas, que a nosotros nos parecen estupideces sin sentido porque no tenemos el ojo artístico para apreciarlas?.
Obviamente que no les voy a contar que trabajos intelectuales no me parecieron buenos, o no los entendí, pero a todos nos paso alguna vez, sentirse defraudados ante algo que describían como sublime.
No soy un critico de cine, apenas un sencillo entusiasta, pero me dormí con espantosas y estupidas películas que fueron promocionadas con premios y recaudaciones.
Best seller o libros de autoayuda que dicen obviedades y son considerados originalidades.
Publicidades ridículas que nada tienen que ver con el producto y no hablar de videos musicales que lo que menos representan en las imágenes son las letras de las canciones.
Entonces llego a la conclusión que en estos tiempos: lo desconocido, lo bizarro y lo raro es lo que atrae. Y si es aburrido y no se entiende: éxito ¡es fenomenal!.
Pareciera que lo importante es lo poco conocido, aquello que pertenece a una exclusiva minoría. El lema seria, si consumes aquello que es extravagante y distinto… eres culto, esa es la moda.
Que acertada la frase de soda sterèo en una de sus letras: “Lo que para algunos, excéntrico para otros ridiculez”.Ahora los dejo, alquile una película Iraní, que fue aconsejada con parafernalia por el canal à.

viernes, abril 08, 2005

¿Apocalipsis?

Estoy cansado sobre lo que se debate en la calle, en los programas de tv y en las secciones amarillistas de los diarios y revistas sobre las afamadas centurias de Nostradamus y las profecías de Malaquias: que ahora asume un Papa bueno y después viene el supuesto Papa negro, el antipapa. Y a partir de allí la destrucción, el fin de los tiempos, la hecatombe.
Lo único que forman es una insólita psicosis entre la gente susceptible.
En cambio yo tengo dramas más pequeños con mis propias profecías personales que no me dan tiempo de pensar en el supuesto desenlace del mundo que años atrás presagiaron mortales como nosotros, sin sostén científico de nada.
Tengo que pagar los impuestos y servicios de mi departamento, abonar las tarjetas de crédito con sus novedosos y tramposos “planes de pagos fácil” y el sueldo que cada vez esta mas reducido a comparación del aumento de precios; que mi hijo Gastón no se vaya a enfermar en estos días frescos, que yo no me duerma para llegar a horario al trabajo, que la ropa este planchada y limpia sin olor a humedad, que mi jefa este de buen humor para poder trabajar en un clima agradable.
Me gustaría pensar en esos graves dilemas existenciales que hoy están de moda, pero si me quedo tildado y maquinando sobre el hipotético escaso tiempo que nos queda, me corren del trabajo… y si no trabajo, no me sustento. Lo demás es palabrería.