miércoles, enero 25, 2006

Sus Majestades Satánicas


“La cara del pirata Jack Sparrow es intencionalmente parecida a la de Keith Richards” GoreVerbinski.
Mar del Plata, enero del 86; los descubrí en un flipper, mientras caminábamos con mi papá la tremenda galeria Sacoa. La foto del cantante en el juego, con el pecho al descubierto mostrando sus costillas me impresionó por su exagerada delgadez.
Pregunte quienes eran, su curiosa respuesta fue “ellos eran los contrarios de Los Beatles”, una bola ganadora hacia sonar los acordes de la guitarra de “Satisfactión”.
Con el tiempo, sin intención olvide aquel flipper y a esos rebeldes.
Pasaron unos años… en casa estuvo por unos días, mi primo José Maria, entre sus cosas trajo el desagradable humo de los “Parisienes” y un cassette que escuchaba en todo momento, se llamaba “Entre Botones”.
- ¡Esto es música, primo! – me decía, guiñándome un ojo - ¡tienen un defecto, son más drogones que los Beatles!. Nuevamente me encontré con ellos y con la comparación.
Un tiempo después cuando ya me encontraba cursando la secundaria, se escuchaba una propaganda por la radio de una vaquería con el ritmo de “Mixed Emotions”. No podía sacarme de la cabeza ese pegadizo riff.
Una tarde mientras hurgábamos con Leo C. la habitación de su padre los nuevos cds (categórica novedad en aquel momento) descubrimos un compilado donde una balada me impacto, “Angie”.
De a poco con mi curiosidad comencé a seguirlos. Lo primero que adquirí fue un atrevido póster que vino de regalo en la “13/20”. Esas caras con marcadas arrugas y caídos papados, acreditaba lo que me había adelantado mi primo unos años atrás. Los tatuajes de la lengua y los graffitis eran un furor. El primer video que recuerdo de ellos fue “It´s only rock & roll” en Música Total, donde se llenaban de espuma con Brian Jones aún vivo.
En el 91, solo por la versión en vivo de “Start Me Up” compré “Flashpoint” y con este disco descubrí grandes joyas. En esa época volvió a sonar “Paint It Black” por la serie bélica “Nam”. En mi viaje a Bariloche circulaba una lamentable versión de “Miss You” por Los Fabulosos Cadillacs. Mi hermano me hizo escuchar un delicado cover hecho por Los Ramones “Out Of Time”, lo que impulso que obtenga “No Security”. También recuerdo una entretenida entrevista que les hicieron en donde manifestaban lo extraño que se sentían ser mayores que el presidente de EEUU (Bill Clinton) y que la mayoría de los líderes mundiales. A mediados de los noventa era un clásico bailar el lento “Out Of Tears” en los boliches.
Hoy, después de 20 años de mi primer encuentro, descubrí con sorpresa que en la sala de entretenimientos de mi ciudad se encuentra un flipper (moderno) con la imagen de ellos ya sin Wyman. Me anime y entre de la mano con Gastón, me tope nuevamente con aquellos desobedientes jóvenes, con entusiasmo compre una ficha; mi torpeza me hizo jugar unos segundos, perdí y espere la curiosa pregunta de Gastón, pero me anticipe:
- No te asustes, son los Rolling Stones, los amigos de Los Beatles - definitivamente, no me entendió y no le intereso.

Hasta luego.

lunes, enero 23, 2006

Lunes por la madrugada


Lunes por la madrugada yo cierro los ojos y veo tu cara que sonríe cómplice de amor. Días en la carretera yo siento aquí dentro la emoción de haber dejado lo mejor. Yo no se si en verano éste amor aqui no hay luces de escena y algo en mi no se serena; no yo ya no comprendo nada tantas caras dibujadas como manchas en una pared. Noches de melancolía pateando en una ciudad vacía en la oscuridad te busco a vos, quizás hoy si te pueda encontrar; mas allá de toda pena siento que la vida es buena hoy. Yo se que no es en vano este amor mas allá de toda pena siento que la vida es buena hoy.

Hasta luego.

sábado, enero 07, 2006

Mujer Caracol

"La autoridad de la moda es tal, que nos obliga a ser ridículos para no parecerlo".
Dubay Sanial

No tenía otra opción que dejarle la llave del dpto. para que recibiera al plomero y este haga de las suyas en mi baño, ya que no podía solicitar permiso en el trabajo, por esta época del año en que se junta todo.
Cuando abrió la puerta… la verdad que si, la encontré distinta, lucia mejor que de costumbre, aunque mantenía esos penetrantes y siniestros ojos.
El abogado de al lado, ya me había advertido guiñándome el ojo: “ahora tiene un aspecto juvenil, seguramente debe andar poniéndose alguna pócima de la vida eterna”.
Siempre que hablamos de mi extravagante vecina, conversamos en forma irónica, por los absurdos pensamientos que ella tiene, sobre determinados temas… en especial los “misteriosos.” Le negué sin animo de ofenderla su invitación de pasar al living, con la perfecta excusa de mi impaciencia por llegar a tiempo con las obligaciones, mientras, me miraba entusiasmada esperando el halago, entonces mi obligado piropo salio.
- ¡Epa!, que elegante, que linda que estas.
- ¿Viste? se nota ¿no? – bajo la voz - me pasaron un secreto y estoy contenta; bueno en realidad estoy experimentando un poco con la “materia prima”. Pero, es un invento mexicano, a base de baba de caracol; porque descubrieron hace poco que el bichito tiene aminoácidos, colágeno, vitaminas y sales minerales, es muy bueno para regenerar la piel.
- ¡Ha, que interesante… ¿y como te la pones? – lo primero que se me ocurrió preguntar, mientras hacia bailar la llave por mis dedos.
- ¿Qué, te interesa Hernacito? – con el ceño fruncido comenzó a examinarme la cara.
- No se, creo que ya están rondando los primeras líneas por los contornos de los ojos – algo estupido que dije para seguir con el tema de la conversación y no parar descortésmente el “agradable” dialogo que se estaba iniciando.
- ¿Por las patitas de gallo?, pero si sos joven todavía, no te hace falta, no se notan.
- Pero vení, vení, pasa un ratito, te robo cinco minutos, ya vas a ir, dame la llave que yo me encargo del plomero, pero pasa, dale… dale que te muestro.
Por el favor que me estaba por hacer, no me podía negar, aunque sabia que a esos cinco minutos los tenía que multiplicar por cuatro.
Una vez adentro…
- ¿Te costo mucho la cremita? ¿tiene olor? – preguntas que le hacia casi levantando la voz, sentado en el sillón de living, observando el grandioso cuadro de La Persistencia de la Memoria. Ella se había ido a su habitación.
Ante la falta de respuestas… insistí:
- ¿La compraste aquí en Santiago? ¿la venden en farmacias o en perfumerías? ¿la pediste por cartilla? ¿tiene contraindicaciones? – tontas preguntas que le surgían a mi mente que ya estaba en piloto automático con el tema de la cremita con “saliva”, yo me encontraba atraído con las hormigas que están en el pequeño reloj cerrado del cuadro; me puse a contarlas.
Habían pasado tres minutos y no regresaba ni contestaba a ninguna de mis preguntas, la mosca del enorme y doblado reloj me pareció que se había movido, cómicamente en mi cabeza se presento una imagen de la película The Ring.
Repentinamente me imagine que siendo yo el autor le hubiese agregado al cuadro, en unos de los relojes… un caracol, simbolizando la lentitud de algunas personas sin importarles el tiempo.
- ¡Listo, aquí estoy! – del surrealismo del cuadro de Dalí, pase a experimentarlo en carne propia y estaba frente mió. La situación era extraña, estaba ella parada pero no tenía ningún pote de crema en las manos como me lo esperaba, tampoco tenia ninguna mascarilla puesta. Mientras mis ojos hacían foco a lo que parecían gigantes lunares en su rostro se fueron transformando en unos tremendos caracoles negros, todos pegados en la cara.
- ¿Qué es esto? – murmure.
- ¿Qué crema ni que cremita? ¿te conté que estaba probando con la materia prima. ¡¿Sabes a cuanto esta el pote de 50!?... adivina… casi $ 200,00. – suavemente acomodaba un rezagado caracol que le bajaba por el cuello. – No, no estoy en condiciones de pagar tanto, por $ 8,00 me dan una barbaridad de “choros” en la Alsina y Olaechea.
- Y, asi los tengo casi todo el día, pero acostada, porque es difícil andar haciendo cosas con estos negritos transitándote por la cara. – despegó dos que tenía en los pómulos.
- Toma, proba, ponete uno en cada parpado, mas o menos una hora, cuando te acuestes a la noche -
- Bueno, gracias, hoy pruebo - los recibí abriendo la mano en cámara lenta, mordiéndome la lengua para no reírme.
Estando en el trabajo, sarcásticamente me puse a pensar cuanto pagarían Nacha Guevara, Cher o la misma señora Legrand por estos especimenes de caracoles santiagueños que se consiguen en cantidad por unas monedas. Diariamente gastan fortunas para continuar teniendo una piel de porcelana cuando mi vecina tiene una ocurrente receta barata y ecológica.
Me dio pena y no tire el “obsequió”, quizás cuando me levante alguna mañana y advierta que el tiempo ya esta rayándome la piel, los necesite… en una de esas es cierto.