domingo, noviembre 20, 2005

Desquiciado afecto

"El corazón tiene razones que la razón desconoce."
Blas Pascal
En Santiago, Myrian F. dice que igual tiene pensado casarse con su novio Julio H. quien le disparó con bronca al no saciar su deseo intimo. Casi la mata.
Julio acaba de recibir la sentencia de 15 años en prisión.
Myrian mantiene que son almas gemelas y que ya lo disculpó y… espera que él la perdone por haberle fallado como amante. ¿A tanto puede llegar el amor?

miércoles, noviembre 16, 2005

Breve Teoría del Autor

Dice Salvador Elizondo que "todos los libros han sido escritos para ser leídos únicamente por sus autores".
Me pregunto si todos los blogs...

jueves, noviembre 10, 2005

Ermitaño

Habita en un precario rancho y como única compañía tiene dos perros.
Don Miguel Angel Díaz tiene 84 años y sobrevive solo. Dice que es presa de la vejez y del monte.
Llegó a Copo a los 23 años para trabajar en el obraje.
Tiene 84 años, vive en el monte copeño y habita una precaria choza que se levanta como un insulto a tanto reino vegetal.
Don Miguel estaba allí en ese solitario y silencioso campo donde llegó desde su Clodomira natal, hace ya 61 años, para trabajar en el rudo y frustrante oficio del hacha que lo dejó como clavado en medio de tanta pobreza, desamparo y abandono.
El anciano vive en ese inhóspito lugar, como puede, y pasa sus días con la sola compañía de sus dos perros flacos; él asegura que estos animales son los que le dan de comer.Explicó que con los perros sale a mariscar (cazar) y que de eso vive, a la vez que -sin ocultar su aflicción- expresó que "no es mucho lo que puedo caminar y cada vez se me hace más difícil cazar y parar la olla".
El octogenario hombre recordó con nostalgia su pasado y dijo que él está sufriendo en medio de ese monte por una cuestión de orgullo.
"Me vine a trabajar en los obrajes a los 23 años, disgustado con mi hermano, con quien trabajábamos en una finca que fue de nuestros padres".
Acotando que "nunca pude volver, sé que tengo familia que me debe creer muerto, pero estoy aquí presa de la vejez y la pobreza".
Don Díaz dijo que quisiera volver a Cañada Escobar, donde nació y creció, no muy lejos de Clodomira, la que queda lejos, muy distante de las posibilidades de este hombre que sobrevive a escasos 3 kilómetros de la picada de Olmos, a metros del Parque Nacional sobre los límites con Chaco, donde para llegar no hay caminos ni esperanzas que enciendan el espíritu de quien está atrapado.