viernes, julio 23, 2004

El hombre duplicado


 “Bueno, ya sabe lo que dicen, contesta Azul. Todo hombre tiene su doble en alguna parte”.
Fantasmas – La trilogía de Nueva York – Paul Auster

 Siempre recuerdo con cariño, cuando éramos niños, sobre una teoría un poco disparatada pero original que hizo circular mi amigo Leo Casalino una tarde en su casa del barrio Belgrano... sobre “La antimateria”. Según lo había leído de un tal Paul Dirac, decía que en alguna parte del mundo cada uno de nosotros tiene un doble; un individuo idéntico en todo sentido. Un igual, no un parecido, no un clon, no una copia; ya que los dos son originales, genuinos y reales. Si por esos caprichos de la vida se encuentran, se pueden reflejar, se pueden mirar, saludarse, hasta conversar; pero si se tocan se produciría un reventón, se desintegrarían los dos.
 Pase largas noches despabilado imaginando donde podía vivir mi “antimateria”, ¿en algún lugar de Australia? ¿América Central? ¿Europa? o tal vez en mi país. ¿Cómo estará compuesta su familia? ¿será un triunfador? ¿un perdedor?. ¿Tendré ocasión de conocerlo algún día?... tonteras que pensaba en aquella época para que el sueño se apodere de mí. Todo este comentario viene, porque hoy otra vez me confundieron.
 Mientras caminaba de regreso a casa al medio día, un señor; no se quien era, nunca lo vi; circulaba en una moto y me toco bocina insistentemente, gritándome: “¡Perdón por lo de las pizzas, perdón por lo de las pizzas, después arreglamos... saludos a Mónica!”... mi cara delineo una sonrisa con los contornos del signo de pregunta (¿?). Y, cómo me miraba con entusiasmo esperando una respuesta mientras se alejaba, no me quedo otra alternativa que gritarle "¡Dale, no hay problema, chau!" saludándolo con la mano.
 Ya son varias las situaciones de estas características por las que pase, pero llego a la conclusión que en todas estas, fueron solo saludos; pero nunca pude dialogar con el confundido y pregúntale el nombre de la persona por la cual me estan confundiendo.
 Quiero estar tranquilo que mi “antimateria” no ande caminando por mi ciudad, no sea cosa que tropecemos algún día de frente, choquemos o nos rocemos y se produzca un chisperio, una hecatombe.
 Seguiré investigando, prometo detalles.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿con un repartidor de pizzas?...caramba...tendrias que encontrar a tu antimateria y cagarlo a palos por no haver progresado un poquito mas ¿no?

Hernán dijo...

La verdad, no pense que fuese un repartidor de pizzas, mi antimateria. Por la insistencia del barbudo me pareció que habría perdido alguna apuesta (quizá un partido de fútbol) y no "me pago".

Antropomorfo dijo...

La pregunta más bien es ¿qué tal estará Mónica?... Antropomorfo y su cochina mente trabajando.

andres dijo...

Bello y tan real hermano no recordaba esa teoría y me doy cuenta cuánta pobreza de mente hay en muchas personas felicitaciones y adelante