jueves, febrero 16, 2006

Miradas Graficas


Anoche cuando termine de leer el libro de Pinti, antes de apagar el velador miré con detenimiento su tapa y la foto del satírico actor, me recordó un absurdo temor que solía tener cuando era chico, que en su momento causo trastornos.
En los ochenta, había circulado un fuerte rumor sobre imágenes que tomaban vida por las noches mientras los niños dormían, en especial unos pequeños y azules personajes: los inolvidables Pitufos, que aprovechando el sueño del dueño de la revista o dibujo, se convertían en despiadados seres que merodeaban la habitación, y observaban con insistencia el rostro de la persona dormida comiéndole las neuronas, convirtiéndola en un idiota cuando se despertaba.
Por lo pronto en las casas, por pedido de los chicos, no había nada relacionado con aquellos personajes. A la basura se fueron: vasos, revistas, cuadernos, muñecos, figuritas, disfraces, posters, adhesivos, juegos, etc. Y como siempre no faltaron los oportunistas, disfrazados de Gargamel que lograban “domesticar” a las dibujadas criaturas azules con mágicas pociones, por unos pesos argentinos.
Las historias de las supuestas victimas venían de todas partes: que en tal casa había una niña y se encontraba postrada en la cama babeándose inconsciente. Que los médicos no podían hacer nada, y que en vano tomaba intervención la policía. Pero nadie daba nombres ni apellidos de las víctimas. La situación era que a uno le contaron, pero a ninguno le había tocado de cerca, como suele ocurrir con los rumores urbanos, todo un misterio. Incluso se discutía que Los Pitufos no eran malos, estaban siendo reencarnados por repugnantes extraterrestres.
Ante la psicosis que se había originado, el matutino local, en una sección de los domingos, dedicada a temas bizarros, había entrevistado a la supuesta autora del rumor. Una maestra de la escuela Blas Parera del barrio Almirante Brown que manifestó que el fin de la “mentira” era para que sus alumnos no miren demasiada televisión en especial Los Pitufos, furor en aquella época, pero no se había imaginado que podía expandirse por toda la ciudad.
Un poco rebuscado y armado el informe, pero no importaba, logro calmar el miedo entre los niños de mi edad.
Todos andábamos con el revelador recorte periodístico; teníamos la verdad en nuestras manos; recuerdo algunas frases de la maestra: “Se distraían comentando capítulos…” “yo quería, que los chicos atiendan en clase y dejen de usar la jerga de esos personajes porque así se dictaban en las pruebas…” “ya no los consentía, incluso me habían puesto un apodo característico con uno de los personajes…” “antes que se retiren de la jornada, les comente sobre una sobrina, que fue mordida por estos muñecos…” “tuve que mentirles para que vuelvan de sus casas con los deberes hechos y ofrezcan mayor atención en clase…” De a poco se fue relajando la situación y el programa volvió a prenderse en las casas por las tardes, todo lentamente volvio a la normalidad. Incluso se abrieron negocios con el nombre de estos dibujos. En los kioscos tímidamente se vendieron nuevamente la revista y volvieron a verse las estampas en las remeras y en los relojes.
El santiagueño olvidó rápidamente ese macabro rumor pero, siempre tiene que estar conviviendo con algún espanto, y lo reemplazó por otro que hasta el día de hoy sigue con éxito, temporadas más fuerte que otras... el desagradable "enanito".

8 comentarios:

Cara Carmina dijo...

los pitufos siempre me resultaron un poco escabrosos...

aaaaachiuuusss!

vuelo...

un limon?

Magda Díaz Morales dijo...

Date cuenta lo que es el chisme y la tonteria de los rumores, causan realmente serios problemas, como los que nos comentas sucedieron por allá en los 80. Que pena, los pitufos son geniales, a mi me encantaban. Las cosas siempre las hacen los adultos tontitos.

Un saludo

Sergio Cortinas dijo...

Lo Que Son las cosas, esos rumores se dieron en todos lados, recuerdo que aquí habían sacado unos pitufos de plástico pequeñitos muy agradables que podías haberlos tenido de colección, sin embargo, al percatarse mis padres de ese rumor, a la basura fueron a dar...

leyendas urbanas...
sólo jodieron mi colección de pitufos y mira que ya casi tenía a todos...

saludos, no sé ni como llegué aqui, pero, es buen lugar, nuevamente saludos desde México.

Pilipili dijo...

hernan, visitaste mi blog, ahora hago lo mismo con el tuyo.. muy copado podria leer toda la tarde lo q escribes.. ya te averiguare lo de las fotos...

Pilipili dijo...

asi q santiagueño?? que bueno saber que hay alguien en estos pagos que piensa en algo mas que que encontrarse con las mismas caras de siempre en cayo coco..

La Hija de Zeus dijo...

Vaya eso es insolito!! mira el poder que tienen los rumores!!

El cuartoscuro dijo...

Que recuerdos la de los pitufos!
Amo el poder del monologo de Pinti, Un beso desde Bs As

Unknown dijo...

hello, pues creo que ese trauma se dio en todo lado y es simbolo de nuestra generacion... de hecho yo tambien lo padeci..
saludos--